San Antonio de Lisboa, también conocido como San Antonio de Padua, nació en Lisboa, entre los años 1191 y 1195, en una calle cercana a la Catedral de Lisboa donde posteriormente se habría de construir la Iglesia en su honor. Bautizado con el nombre de Fernando de Bulhões, San Antonio se crió en el seno de una familia noble y fue en la actual Catedral de Lisboa en donde estudió. En su adolescencia ingresó en la Orden de los Canónigos Regulares de San Agustín, en la iglesia de São Vicente de Fora, cuya rica biblioteca de fondos manuscritos sobre ciencias naturales puede explicar las referencias científicas en los sermones de San Antonio. Posteriormente parte hacia el Monasterio de Santa Cruz de Coimbra con el objetivo de profundizar y perfeccionar su formación. En Coimbra, considerada entonces el centro intelectual de Portugal, estudió Derecho, se implicó a fondo en el estudio de la Biblia y se ordenó sacerdote. Fue en esta época cuando San Antonio conoció a los primeros misioneros franciscanos que se marchaban a Marruecos a evangelizar a los moros. Cuando los cuerpos de estos frailes, muertos en la misión, volvieron a Coimbra, donde fueron honrados como mártires, San Antonio, en busca de introspección y sencillez, cambia su nombre por el de Antonio, se une a otros franciscanos y comienza su propia misión en Marruecos. En el monasterio de Santa Cruz, además de estar enterrados los dos primeros reyes de Portugal -Dom Afonso Henriques y Dom Sancho I-, se encuentran también los restos de los misioneros franciscanos que fueron conocidos como los mártires de Marruecos.
A su regreso, el barco fue arrastrado por los vientos hasta Italia, donde entabló amistad con San Francisco de Asís y continuó invirtiendo en intensa meditación y difíciles disciplinas.
Tras la muerte de Francisco de Asís, San Antonio fue nombrado ministro provincial de Romaña y pasó tres años predicando por toda la región, incluida Pádua, ante grandes multitudes. Fue en esta época cuando puso por escrito muchos de sus sermones. En 1230 solicitó la dispensa de sus obligaciones como provincial para dedicarse no sólo a la predicación, sino también a la contemplación en el monasterio que fundó en Padua.
San Antonio murió el 13 de junio de 1231 en Arcella, cerca de Padua. Padua acogió el cuerpo del Santo, lo enterró en la iglesia de Santa Maria Mater Domini convirtiéndose así en un centro de peregrinación. Todos buscaban la ayuda del Santo y contaban sus milagros. El obispo de Padua decide pedir al papa Gregorio IX la canonización de San Antonio, que se produjo el 30 de mayo de 1232, once meses después de su muerte, siendo el proceso más rápido de la historia de la Iglesia. Posteriormente, se construyó una basílica en su honor y en la ceremonia de inauguración se abrió la tumba de San Antonio y se comprobó que su lengua estaba en buen estado de conservación. Como símbolo de su calidad de predicador, la lengua fue extraída y colocada en un relicario. El conocido Sermón de Santo António a los Peces, del padre António Vieira (religioso, filósofo, escritor y hablante de portugués del siglo XVII), se inspira precisamente en esta cualidad. Después de haber intentado llevar el catolicismo a los “herejes” de una comunidad italiana, San Antonio decidió predicar a los peces, ya que nadie le escuchaba.
Son muchas las tradiciones y festividades que se asocian a San Antonio, uno de los santos más populares del mundo. También conocido como el Santo Casamentero, es a él a quien los jóvenes deben pedir un “amor” para casarse. En su honor, el 12 de junio se celebran las bodas de Santo António, una iniciativa promovida por el Ayuntamiento de Lisboa. Varias parejas se casan juntas y las ceremonias se retransmiten en directo por televisión en todo el país. No podemos olvidar las fiestas populares y las marchas que dan color y alegría a las calles de Lisboa durante el mes de junio. La tradición dicta que comamos sardinas y pimientos asados, broa y caldo verde. El 13 de junio, fiesta municipal en Lisboa, se celebra una procesión en honor a San Antonio. En Padua, la fecha de su muerte se celebra con la Fiesta del Santo.
En Coimbra, además del Monasterio de Santa Cruz, destacamos la Iglesia de Santo António dos Olivais, situada en la mayor parroquia de Coimbra – Santo António dos Olivais, que en 1217 fue entregada a los franciscanos que llegaron a Portugal. Más tarde, San Antonio llegó a dirigir las órdenes franciscanas. Actualmente, el interior de la iglesia está enriquecido con azulejos azules y blancos del siglo XVIII con escenas alusivas a la vida de San Antonio.